Bueno, pero empecemos por el principio. Debido a que estos dos últimos meses no había hecho los deberes como de costumbre debido al periodo hospitalario de mi padre, no las tenía todas conmigo. Ya me perdí el Festi y solo había hecho un par de salidas con la bici de montaña con lo que seguramente me pasaría factura.
A esto había que añadir que la organización del club Madroño me había acojonado un poco con el rutómetro publicado. Habían señalizado al menos 10 puntos peligrosos de dificultad técnica alta o media-alta.