Cape Epic (MTB). La Resurrección. Día 5


25 Marzo 2010
5ª etapa (Contrareloj)
Worcester - Worcester  (27km / 860m)


No puedo empezar el resumen de esta etapa sin deciros que fue, sin ninguna duda, lo más gratificante que he hecho nunca en bici de montaña. Las sensaciones que experimentamos J.L. y yo durante esos 27 mágicos kilómetros no se nos olvidarán nunca. Casi dos meses después de haberla hecho, se me dibuja una sonrisa recordándola y se me acelera el corazón cuando pienso en lo vivido allí.


Lo primero que hice al levantarme, fue una visita temprana a la enfermería, que se convertiría en algo habitual a partir de ese día, pues debido al intenso sudor y al roce con el culotte, tenía las "posaderas" en carne viva. Ese día éramos unas decenas de corredores en la enfermería, pero los días siguientes no os miento si os digo que éramos varios cientos. La Cape Epic pasaba factura justo cuando nosotros despertábamos. ¡Y de qué manera!

Después de otro copioso desayuno, nos relajamos hasta el momento de nuestra salida. Se nos iba dando la misma en orden inverso al de la clasificación general, es decir, los últimos salían los primeros. El tiempo entre salidas era de 30 segundos. Tomamos posiciones en la cola para llegar al cajón de la salida en el orden previsto y de nuevo acordamos emplear la misma táctica de los días anteriores, es decir, tiraría yo en función de como me encontrase.

Llegó el momento de la salida y por megafonía se escuchaba "Deivid Munos and Jousé Luis Meddruanda, Team Enanitous from Spain". Empecé a pedalear con desarrollos cortos intentando establecer un ritmo cómodo para ir calentando. Casi nada más salir vi al equipo precedente y rápidamente los pasamos. No le di mucha importancia, pero en seguida vi al siguiente y observé un poco confuso que les recortábamos la distancia rápidamente. Los pasamos y nos encaminábamos ya hacia las primeras rampas, teniendo ya al equipo siguiente a la vista.

Comenzamos a subir y en un suspiro alcanzamos y pasamos a estos. Fue entonces cuando bastante asombrado eché un vistazo al pulsómetro y me quedé perplejo al ver que mis pulsaciones eran bajísimas para ir subiendo a esa velocidad. Me hice un "rápido chequeo interior" advirtiendo que no me estaba cansando en absoluto, no tenía la sensación de ir esforzándome. El remate vino cuando José Luís me pregunta: "David, ¿estás bien?" a lo que respondo "me encuentro perfectamente, J.L." y el me dice "es que me llevas en tensión" No me lo podía creer: ¡¡estaba poniendo en apuros al mismísimo J.L!! Supongo que estaba "dando cera" demasiado pronto y J.L. aún no había terminado de calentar.

El caso es que mantuve el ritmo, aún asombrado por cómo iba subiendo y enseguida alcanzamos a otro equipo. Estos llevaban un ritmo bastante alto y decidí quedarme a su rueda. Pensé que lo que me estaba pasando no era normal y en cualquier momento notaría el esfuerzo. Pero no era así, y en un momento dado tomé la decisión de pasarlos y seguir. Poco a poco, haciéndome chequeos constantes, me fui convenciendo de mi "nuevo estado de gracia" y aceleré el ritmo, a sabiendas de que J.L. siempre estaría conmigo, aunque la subida se alternaba con algunas pequeñas bajadas muy técnicas, donde se retrasaba un poco, pero luego me cogía.

Seguimos alcanzando a muchos equipos que salieron antes que nosotros y perdí la cuenta de todos los que adelantamos. Sólo un equipo de los que salieron detrás de nosotros logró pasarnos, pero los adelantamos algo después y ya no nos alcanzó nadie más. Empecé a darme cuenta de que empleaba plato mediano en zonas donde el resto de la gente usaba el pequeño, pero lo mejor de todo es que seguía sin sentir el esfuerzo y mis pulsaciones, en plena subida no pasaban de 142. Comencé a entusiasmarme y seguimos dando cuenta de más equipos, en un número anormalmente alto.

Llegamos al punto más alto de la subida y J.L. me gritó "¡¡PARA, PARA!!", justo cuando iba a empezar a bajar. Le pregunté que pasaba y me dijo: "dame agua, que has hecho que agote todo mi bidón" YO NO HABÍA PROBADO EL MÍO. Bebió y comenzamos una larga y técnica bajada, al término de la cual estaba el único avituallamiento de la etapa. Esperé a que llegase J.L. y le grité que no parábamos, que seguíamos. J.L. se quedó perplejo, preguntándome si estaba seguro de lo que hacía, pero le respondí que me encontraba como nunca y siguió conmigo.

Afrontamos una corta subida pero con un desnivel brutal, donde todo el mundo iba a pie, pero J.L. y yo seguíamos encima de las bicis. Recuerdo además la sensación de seguridad que tenía acerca de que no me iba a bajar de la bici, de que podía con todo. Después de coronar esa subida, empezó una larga bajada donde volví a separarme de J.L. Llegué entonces a una zona de "single track" donde había un pelotón de unos 20 corredores y decidí quedarme a su rueda hasta que J.L. me alcanzó. Le dije entonces "J.L., me sigo encontrando bien. En cuanto tenga espacio los pasamos" Me respondió que perfecto, que lo que quisiera. Y en una pequeña pero pronunciada bajada algo más ancha, se quedaron todos a la izquierda y les pasé por la derecha como una exhalación. (Ya en meta, J.L. me dijo que cuando me vió hacerlo se le pusieron los pelos de punta pero que pensó "a tomar por saco, allá que voy" y me siguió en plan Kamikaze).

Seguimos a un ritmo endiablado, próximos ya a la meta, cuando encontramos a otro grupo de unos 14 - 16 corredores en una recta, que ocupaban el camino tanto a la derecha como a la izquierda. Nuestro ritmo era muy superior al suyo y le grité a J.L. "Voy a pasar por el medio" El me siguió, los pasamos y un poco más adelante vimos las instalaciones del campamento. Ya en la recta de meta, nos dimos la mano y J.L., con una sonrisa en la boca de oreja a oreja, me gritaba "¡¡Deivid, estoy muy orgulloso de ti!!", mientras yo le decía que estaba eufórico, que nunca me había encontrado así.

El resto del día lo pasamos como dos críos recordando cada momento de la etapa, esperando a que saliera la clasificación para ver si en ella se reflejaban las buenas sensaciones que habiamos tenido durante la misma. Y así fue, nuestro ascenso en los puestos del día fue muy grande, reflejándose también en la clasificación general, donde avanzamos varios puestos, en una escalada que ya no pararía hasta el fin de la carrera.

David.

No hay comentarios: